LA BAÑEZA - GUÍA DE TURISMO 2019

76 dio. Este monasterio sería panteón de la realeza y sus nobles: el propio San Fortis –que otros dicen reposaba en Santiago de Peñalba-, el rey Ramiro III (966-984) y sus sucesores, así como otros cortesanos ilustres hasta el reinado de Vermudo II (986-999), cuando las razias de Almanzor forzaron el traslado del panteón hasta Asturias. Cuando la fundación monástica de Ramiro II fue arrasada por Almanzor, sobre las ruinas de su templo se elevó a fines del s. XI o principios del XII otro más pobre, que en 1167 pasó a manos del Monasterio de San Pedro de Montes, y en 1181 sería entregado por Fernando II a la Orden de Santiago. En este edificio se reutilizaron diversas piedras labradas del preceden- te, las pocas que el musulmán Almanzor y sus tropas habían perdonado. Este templo tampoco habría de perdurar. A finales del siglo XVI se reconstruyeron sus naves y solo conservó la cabecera, con los ábsides rebajados. Entonces se perdieron algunas de las viejas piedras mozárabes, salvadas en el s. XII, aunque persistieron las absidales. Los únicos restos que quedan hoy de aquel importante mo- nasterio mozárabe del siglo X son unas piezas de alto valor ar- tístico que consisten en dos ventanas, de transición entre lo visigodo-mozárabe y lo románico, incrustadas en los ábsides de la iglesia de San Salvador, formadas por un arco de herradu- ra pronunciado y enmarcadas entre dos columnas de delgado fuste y capitel, enmarcadas a su vez por decoración geométri- ca y vegetal. También se salvó un pequeño óculo, ornado con una roseta central, y hojas en las esquinas del sillar. En el interior se conserva un capitel corintio, de origen ro- mano, que sirve de soporte a la pila bautismal, y también se guarda la otra joya del templo: una lápida de estilo “visigo- do-asturiano”. Se trata de una pieza rectangular, dividida en dos zonas. En su mitad superior contiene una cruz “astur”, que recuerda la “Cruz de la Victoria”, de cuyos brazos cuel- gan el Alfa y la Omega. La inferior está cubierta con un texto donde se pide al Señor la protección del edificio para el que se destinó frente a las fuerzas del mal. El mismo sentido de protección tiene la cruz de la parte superior, similar en todo a las que encontramos en el arte asturiano. Dicha lápida, junto con los restos arquitectónicos, permite suponer que Ramiro II mandó edificar aquí un templo de cierta importancia, puesto que fue mausoleo real, emparentado con el “prerrománico astur”, quizá en la línea de San Salvador de Valdediós, su obra más tardía, germen de lo que luego había de venir, arquitectónicamente hablando. Tanto las ventanas como el rosetón presentan claras similitu- des con otros elementos arquitectónicos mozárabes leoneses de los templos de Peñalba de Santiago y San Miguel de Esca- lada. Cabe destacar también su reloj solar, el más antiguo que po- demos encontrar en la provincia de León. Se trata de un prisma de piedra que sobresale de la fachada de la iglesia al que le falta el gnomon. ARQUITECTURA POPULAR POZOS Y FUENTES DE DESTRIANA Resaltan como elementos singulares los pozos que abaste- cieron tradicionalmente de agua a la población, algunos des- de tiempo inmemorial, y que forman parte de su bonito patri- monio histórico-artístico. Pozo de brocal abierto en forma redonda. Fotografía Elisa B. Pardo.

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